El conflicto religioso colombiano no es un conflicto
geo-confesional, como los casos de Sudán (el norte
musulmán y el sur cristiano) y los países balcá-
nicos (Bosnia islámica y Serbia cristiana ortodoxa),
en donde las fronteras geográficas han estado claramente
establecidas conforme la religión que se
profese, y han suscitado enfrentamientos bélicos
públicamente conocidos.
No es tampoco un conflicto bélico propiciado como
política de estado, como ocurrió en las Guerras de
Religión del siglo XVI, en las que los reinos establecían
su confesionalidad y atacaban a los países
vecinos o regiones circunscritas que confesaban un
credo diferente al del soberano.
Tampoco es un conflicto popularmente manifiesto,
es decir, denunciado públicamente como tal. Un
ejemplo de este tipo de conflicto es Israel, en donde
existe un enfrentamiento entre una ultra-ortodoxia
judía que reclama un estado confesional judaísta y
arremete sistemáticamente contra las minorías islá-
micas y cristianas del país.
Otro ejemplo reciente es
la sistemática agresión que han sufrido los cristianos
evangélicos de México a manos de sectores radicales
del catolicismo, asimismo como la persecución
contra colectividades judías en Argentina, siendo la
agresión más grave el ataque terrorista contra la sede
de la AMIA en julio de 1994 en el que murieron 85
personas y 300 quedaron heridas, hecho por el cual
hasta la fecha no hay ni un solo responsable señalado.
El conflicto religioso que está presente en Colombia
es un conflicto negado, descalificado y censurado.
Negado porque la posición de las instituciones que
ostentan el monopolio espiritual o se encuentran
gozando de una cierta comodidad, consiste en afirmar
que este conflicto es inexistente; descalificado
porque la respuesta al planteamiento del tema es la
satanización y la argumentación de que dicho aná-
lisis es apologético, sectario, carente de rigor cientí-
fico y alimentado por la paranoia de quienes se han
presentado como víctimas del conflicto religioso colombiano.
Y censurado (bien sea por iniciativa propia
o por coacción) por temor a las represalias que se
puedan sufrir por parte de las instituciones religiosas
o de instituciones al servicio o dependientes de
las estructuras religiosas al hablar del tema.
Chupala
ResponderBorraridiota
ResponderBorrarnel, no mencionas las características solo mencionas que NO es un conflicto religioso
ResponderBorrarque mierda es esta pedazo de hijueputa
ResponderBorrarjajja
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