lunes, 27 de junio de 2016

Morgan Freeman: "¡No me llames afroamericano!"

Morgan Freeman es hoy una de las mayores estrellas de Hollywood. Sin embargo, en los años 50 llegar a la cima no era sencillo para un joven negro. Hablamos con el actor sobre aquella época, en la que todavía estaba obligado a sentarse en los asientos traseros del autobús.


Su carrera arrancó tarde. tenía treinta y tantos cuando consiguió su primer papel importante en televisión. Hoy, a nadie le extraña que el señor Freeman figure entre los grandes de Hollywood; sin embargo, allá por los 50 era impensable que un afroamericano pudiese ser la estrella en una película o que fuera a la universidad. Este 2012 se cumplen 50 años desde que un estudiante de raza negra, James Meredith, logró matricularse en la Universidad de Misisipi. Aunque el gobernador segregacionista Ross Barnett se opuso y promovió manifestaciones que requirieron la intervención del Ejército, su ingreso marcó un hito en la historia de los derechos civiles en Estados Unidos. De todo ello charlamos con Freeman, a quien acaban de otorgar el Globo honorífico por toda su carrera.


Morgan Freeman. Por favor, no me llame `afroamericano´, soy americano.

Para usted, ¿no hay diferencia?
M.F. En América, a los negros les resulta muy fácil culpar de todo a los blancos. Pero en la vida casi todo depende de ti mismo. Estados Unidos sigue celebrando el Mes de la Historia Negra. ¡Qué estupidez! No hay una historia negra, solo existe la historia de Norteamérica.
 ¿Siempre pensó así?
M.F. No, tuve que aprenderlo. En Misisipi, donde crecí, teníamos dos reglas: los blancos son malos porque odian a los negros, y los negros son malos porque son unos inútiles.

¿Cuándo se dio cuenta de que eso no era cierto? 
M.F. En el colegio. Tenía 9 años cuando me subí por primera vez a un escenario, y a los 12 gané un concurso como mejor actor joven de Misisipi.

¿Cuándo ocurrió aquello? ¿En 1949 aproximadamente? 
M.F. Exacto.

Entonces seguía en vigor el «separados, pero iguales»; las razas vivían separadas. Aquel premio significaba en realidad que usted era el mejor actor negro, ¿no es así?
M.F. Si lo quiere ver así, sí. Pero por aquel entonces vivían en Misisipi muchos más negros que blancos. Es decir, tuve una competencia muy numerosa. Muchos de nosotros éramos descendientes de esclavos.

¿Usted también? 
M.F. Solo he podido reconstruir mi árbol genealógico hasta la madre de mi tatarabuela. Era esclava en Virginia. De aquella época viene también mi apellido [Freeman, `hombre libre´], muchos esclavos liberados lo adoptaron. Es probable que algún funcionario les preguntara: «¿Cómo te llamas?». «Tom». «¿Y qué más?». «Solo Tom». «Vale, pues a partir de ahora te llamas Tom Freeman».

Usted nació en 1937 en el seno de una familia pobre de un estado sureño... ¿Cómo fue su infancia?
M.F. No éramos de los más pobres porque mi madre era maestra, pero no siempre teníamos para comer.
. En aquellos años se producían de vez en cuando linchamientos de negros en Misisipi. ¿Tenía miedo? 
M.F. Siempre había una extraña tensión en el ambiente. A veces oíamos que habían quemado una tienda o que le habían dado una paliza a alguien, o que el Ku Klux Klan volvía a la carga. Los adultos sí que pasaban miedo, pero los niños no nos enterábamos de lo que pasaba.

 ¿Tenía amigos blancos?
M.F. No. Solamente entré en contacto con niños blancos más tarde, cuando nos mudamos a Chicago
.
. A finales de los 40, millones de familias negras se fueron al norte con la esperanza de recibir un trato mejor. 
M.F. Mi padre quería trabajar de peluquero en Chicago. Pero bebía, y aquello desgarró a nuestra familia. Vivíamos en el South Side, conocí a un montón de tipos peligrosos... y estuve muy cerca de tomar el camino equivocado.

. ¿Cuándo tuvo claro que lo discriminaban?
M.F. En el instituto, a los 14 o 15 años, de repente pasaban cosas que no podías explicarte, que eran injustas.

 ¿Cuál es su peor recuerdo? 
M.F. No necesariamente el racismo diario, me preocupaba más la situación de nuestra familia. Odio las Navidades porque en aquellos años siempre eran tristes. No había regalos, a veces ni comida. Sigo sin celebrar la Navidad.
. ¿Era buen alumno en la escuela?
M.F. Tuve que repetir séptimo curso porque nos mudábamos a menudo de casa. Pero luego fui uno de los mejores de mi clase.

. ¿Profesores negros, escuela negra?
M.F. Me gradué en 1955. El Tribunal Supremo había abolido un año antes la separación por razas. Nuestro mundo se puso patas arriba. De un día para otro podíamos beber en las mismas fuentes que los blancos, ir a los mismos restaurantes y usar los mismos baños.
. ¿Hasta aquel momento tenía que viajar en los asientos traseros del autobús? 
M.F. Por supuesto.
. En 1955, Rosa Parks se negó a levantarse de su asiento en un autobús y provocó un escándalo nacional que impulsó el Movimiento por los Derechos Civiles en torno a Martin Luther King. ¿Cómo percibió aquello?
M.F. No me limité a asistir pasivamente, también actué en consecuencia. Después de que Rosa Parks diese el primer paso, todos empezamos a sentarnos donde queríamos.

. ¿Cuándo supo que quería ser actor?
M.F. A los 13 años actué en una función escolar y enseguida quise interpretar papeles protagonistas. Era buen alumno y, tras mi graduación, me ofrecieron becas para continuar estudiando, pero solo en escuelas provinciales. Por eso decidí que mi futuro estaría en Hollywood.

. Todas las estrellas de cine eran blancas. ¿Cómo se le ocurrió que en Hollywood podría haber sitio para usted? 
M.F. Sidney Poitier y Harry Belafonte rodaron sus primeras películas en los años 50. Pensaba que si Sidney Poitier podía, yo también. Pero antes tuve que tomar un camino muy diferente: me alisté en el Ejército, al igual que muchos hombres sin dinero en los años 50. Fui a las Fuerzas Aéreas.

 ¿Había guerra en ese momento? 
M.F. No, la guerra de Corea ya había terminado. Yo quería volar, pero no me dejaron. No sé cómo, pero al final acabé en radares. Aquello no era para mí y no tardé en irme... y a finales del 59 vine a Hollywood.

. A menudo se oye decir eso de «Me voy a Hollywood», pero no es tan sencillo. ¿Dónde pasó la primera noche?
M.F. Había ahorrado dinero y alquilé un apartamento.

. ¿Dónde? 
M.F. Lejos de Hollywood. No tenía coche, tampoco había autobuses; así que no conseguí trabajo. A pesar de todo, me inscribí en el sindicato negro de actores. Tampoco me sirvió de nada. Al poco tiempo, me quedé sin dinero. Pasé hambre.

 ¿Qué hacía para sobrevivir? 
M.F. De vez en cuando comía algo de arroz.

. ¿Cuál fue su primer trabajo?
M.F. Repartir correo. Al cabo de siete meses pude comprarme un coche; en Los Ángeles no eres nadie sin uno. No puedes ir a fiestas, no consigues trabajos ni sexo. Fue el destino: ese empleo me ayudó a despegar.

 ¿Cómo fue?
M.F. Conocí a gente que me puso en contacto con una escuela de interpretación que admitía a negros. Aprendí a moverme, a hablar, ¡incluso fui a clases de francés!

 ¿Qué sucedió después?
M.F. Me fui a Nueva York... una pérdida de tiempo. No conseguí nada. Cinco meses después aterricé en San Francisco, donde me metí en un teatro amateur. Me encargaba del mantenimiento y, a veces, me dejaban actuar. Una vez, me pidieron que interpretara a un indio que salía ondeando la bandera americana. Me negué y me echaron.

 Tenía usted su orgullo... 
M.F. Demasiada autoestima. Una semana más tarde empecé a trabajar de cartero, ahorré unos cuantos dólares y me trasladé otra vez a Nueva York. Me pasé cuatro años lavando coches.

. No se puede decir que su carrera hubiese arrancado... Por otro lado, en 1964 pudo votar por primera vez. 
M.F. La situación de los negros había mejorado. Las nuevas leyes de derechos civiles del 64 supusieron la victoria definitiva del movimiento de Martin Luther King... y también sacudieron a la industria del cine; los actores negros, por fin, empezaron a tener oportunidades. Pero todavía tuvieron que pasar 20 años para llegar a ser una estrella de cine.

. ¿Hubo un momento decisivo para su carrera?
M.F. En 1966 tenía un empleo temporal en una agencia de viajes y me llevaba muy bien con la jefa. Estaba harto de mi vida de actor sin éxito y le pregunté si podía incorporarme definitivamente a la empresa. Se negó. Pensé que era por mi color de piel, pero en realidad temía que la dejara colgada en cuanto me ofrecieran un papel. Si hubiese aceptado mi proposición, habría seguido vendiendo viajes hasta hoy.

. ¿Y cuándo dejó a la jefa en la estacada? 
M.F. Poco después. Hice una obra sobre el Movimiento por los Derechos Civiles y fue un éxito. Luego vino un programa de televisión y aparecí en 780 episodios. Eran los años 70 y por primera vez no tenía problemas económicos.

 Pero sí problemas con el alcohol.
M.F. Los debí de heredar de mi padre, que murió de cirrosis a los 47 años. No era un borracho, pero después de despertarme un par de veces en mitad de la calle decidí darle un cambio a mi vida.

. Y a partir de los años 80 cambian las cosas.
M.F. Sí, la situación de los negros había cambiado. Eddie Murphy, Michael Jackson, Magic Johnson, Bill Cosby... ¡La clase media blanca adoraba a las estrellas negras!

. Hoy figura usted en esa misma lista. A veces parece que usted siempre interpreta a Nelson Mandela o a Dios. 
M.F. La culpa es de mis ojos. Transmiten la sensación de que soy sabio y bondadoso... ya me pasaba con 20 años.

. ¿Tiene algún sueño por cumplir?
M.F. No, se han cumplido ya. Y vuelvo a vivir en Misisipi, me da fuerzas vivir en casa. Cuando eres rico y famoso, es muy saludable recordar de dónde vienes.


Privadísimo
De pequeño se pagaba la entrada de un cine matinal vendiendo botellas vacías. Hoy colecciona monedas de oro.üü Padre de 4 hijos de 3 mujeres diferentes, le apasiona pilotar aviones, jugar al golf, la equitación y navegar.üü Adora su profesión «Hasta que muera, espero seguir trabajando» y no le gustan los remakes «No tiene sentido hacer lo que otros hicieron antes», afirma.

Nelson Mandela: Un símbolo de libertad

El primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente ha sido el prisionero político más famoso del mundo. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el año 1993. 

Nelson Rolihlahla Mandela nació el 18 de julio de 1918, en Mvezo (Sudáfrica). Perteneciente a la etnia xhosa, fue uno de los 13 hijos que tuvo su padre con cuatro esposas diferentes. Tuvo una infancia feliz escuchando historias de su pueblo, cuando éste era libre, antes de la llegada de los blancos.
Cursó los estudios de secundaria y bachillerato, y finalmente ingresó en la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo), donde se graduó, en 1942, como abogado. Compaginando los primeros trabajos de abogacía en un estudio jurídico, Mandela se unió al Congreso Nacional Africano (CNA); una organización que llevaba a cabo campañas pacíficas contra la discriminación y excesiva explotación que sufrían los negros sudafricanos. Así comenzaría su andadura política.
En el año 1943 fundó la Liga Juvenil y organizó cuantiosas protestas en contra de lasegregación racial denominada como ‘apartheid’. Mediante huelgas y otras protestas no violentas, su nombre comenzó a escucharse cada vez más. Por su parte, el gobierno reprimía los manifestantes con sangre y violencia, y entonces fue cuando Mandela recurrió a la lucha armada.
Al año siguiente fue capturado y condenado a cadena perpetua. Allí pasaría 27 añosde su vida en condiciones precarias; solo se le permitía recibir una visita y una carta cada seis meses. En 1969 el servicio secreto sudafricano preparó el asesinato de Mandeladentro de la misma cárcel; simularían un intento de fuga donde sería asesinado en apariencia de una recaptura. Gracias a un agente del Servicio de Inteligencia Británico se impidió tal operación.
Aun estando en la cárcel, su lucha no cesó. Su nombre cada vez se oía más y la lucha contra la ‘apartheid’ era constante. Llegó ser conocido como el líder negro más importante de Sudáfrica.
En el año 1990 el presidente moderado Frederik de Klerk liberó a Nelson Mandela, que ya tenía 71 años, y juntos negociaron y derogaron la ‘apartheid’ un año después. Por ello en 1993 fueron galardonados ambos con el Premio Nobel de la Paz.
Las primeras elecciones multirraciales de 1994 dieron la victoria al ANC (Congreso nacional africano) con el 63% de los votos. Días después el parlamento designó aMandela presidente de Sudáfrica. Trabajó durante su mandato por instaurar la democracia en un país donde la violencia, la discriminación y la injusticia dominaron durante muchos años. Gobernó hasta 1999 y entonces decidió retirarse de la vida política.
Su opinión es todavía consultada en asuntos importantes de su país, por lo que no hay duda de todo lo que significa Mandela. Fue significativo oírle decir en su mandato “no esperéis milagros”, cuando el hecho de que ya estuviese ahí, era uno.

¿Quién fue Nelson Mandela? ¿Qué hizo?

Nelson Rolihlahla Mandela fue un activista, abogado y político sudafricano del siglo XX y XXI (nació el 18 de julio de 1918 y falleció el 5 de diciembre de 2013 a los 95 años de edad) conocido principalmente por:
– Luchar pacíficamente contra la segregación racial en Sudáfrica.
– Instaurar un modelo político democrático en Sudáfrica.
– Ser el presidente de la República de Sudáfrica entre 1994 y 1999.

Nació en Mvezo, una pequeña aldea situada al sur de de Sudáfrica ) en la que creció de forma sencilla en un contexto tribual. A los 9 años, su padre murió y su madre lo dejó a cargo del regente de Mqhekezweni, el cual se haría responsable de Mandela hasta su edad adulta.

Nelson se formó en un internado y una universidad de élite negra. A los 23 años (1941) se mudó a Johannesburgo y entró a formar parte del CNA (Congreso Nacional Africano), un partido político que abogaba por los derechos de la población negra del país.

 Lucha contra el apartheid, arresto y años en la cárcel

En 1948 llegaron al gobierno de Sudáfrica  un grupo de nacionalistas radicales que trajeron tras de sí un régimen de segregación racial en la que se impuso la supremacía del hombre blanco. Mandela, lejos de sucumbir al absolutismo racista del gobierno, organizó una rebelión de desobediencia civil no violenta desde el seno del CNA. Tras 10 años de lucha incesable contra el apartheid, los dirigentes imperantes quisieron acabar con la resistencia del CNA de raíz e ilegal-izaron el partido, llevando a Mandela y al resto de activistas a organizar una lucha armada desde la clandestinidad. El 5 de agosto de 1962, Nelson Mandela fue arrestado por conspiración contra el gobierno (entre otros delitos) y pasaría en la cárcel los siguientes 27 años de su vida

 Salida de la cárcel y presidencia de Sudáfrica

Durante la década de los 80, el aumento de la violencia racial y el desarrollo de la sociedad globalcatalizaron el crecimiento del número de protestas en contra del régimen sudafricano con el nombre de Mandela como estandarte. El gobierno, ante la presión interna e internacional a la que estaba viéndose sometido, decidió poner en libertad a Mandela el 11 de febrero de 1990. Tres meses después de su liberación fue elegido para liderar el CNA y desde su puesto de poder luchó por la democracia, consiguiendo que en 1994 se celebrasen las primeras elecciones democráticas de la historia de Sudáfrica con él como vencedor, convirtiéndose así en el primer presidente negro de Sudáfrica.



ARTICULO DE : Grupo de trabajo de Mujeres negras y de color

El racismo viola los derechos humanos 



(Una significativa representación de mujeres negras y mujeres de color, del Sur y del Norte, que participaron a la Reunión Preparatoria de la Asamblea General "Mujeres 2000: igualdad de género, desarrollo y paz para el Siglo XXI"


 la ONU, que se celebró en Nueva York del 28 de febrero al 17 de marzo pasado, expresó su preocupación por la falta de compromiso expresada por los gobiernos en la lucha contra el racismo, como una dimensión necesaria para lograr la igualdad de todas las mujeres. 



La Declaración que presentamos a continuación fue encaminada a dicha instancia por el Grupo de Trabajo de Mujeres Negras y Mujeres de Color.) Hacemos un llamado a los gobiernos a reconocer las voces distintas de las mujeres negras y de color, en el ámbito nacional e internacional, como también a tener en cuenta las desigualdades causadas por la intersección entre raza y género, entre otras identidades, que enfrentamos. Las mujeres negras, de color e indígenas, en el Sur y en el Norte, son doblemente oprimidas y enfrentan barreras para acceder a la igualdad, más por su raza, etnicidad u origen indígena que por su género. Los principios de la igualdad entre mujeres y hombres, la igualdad entre las razas, etnias y la no discriminación, son elementos fundamentales de la legislación de los derechos humanos y comprometen a los gobiernos, que hayan o no firmado tratados tales como la Convención por la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra las Mujeres, la Convención por la Eliminación de la Discriminación Racial, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por lo tanto, el racismo es una violación fundamental a los derechos humanos.


El racismo ha perneado y se ha enraizado en todas las estructuras de la sociedad. El racismo es un determinante de la violencia y es una causa de la violencia contra las mujeres. 


El racismo es un determinante de la salud física, emocional, mental y espiritual de las mujeres de color, negras e indígenas.

 El racismo, la supremacía blanca, y la colonización han sido utilizadas históricamente para oprimir a las personas de color, negra y pueblos indígenas y para generar subdesarrollo en nuestras comunidades y regiones. Estas formas de opresión continúan manifestándose ahora.


El racismo, la supremacía blanca y la colonización están implícitos en la globalizan económica actual. La globalización, bajo el control del FMI, el Banco Mundial, la OMC, los gobiernos y las corporaciones transnacionales, han tomado control de los sistemas políticos y sociales. Particularmente, para las mujeres de color esto se traduce en: - Políticas de ajuste estructural en el Norte y en el Sur. - Re estructuración económica en el Norte. - Racismo ambiental. - La deuda del tercer mundo. - Colonización y militarización continuas en el Sur. -

 La utilización del Sur para la ejecución de pruebas nucleares. - La crisis global de la salud. - El incremento de la migración de mujeres y la discriminación contra las inmigrantes. - La invisibilidad del trabajo impago efectuado por las mujeres. - Trabajo en servidumbre. - Trabajo esclavo o domiciliario. - El tráfico nacional e internacional de mujeres. - La experimentación médica sin el consentimiento informado. - La venta de armas, los conflictos armados y la ocupación. - La invisibilidad de las mujeres negras, de color e indígenas en los puestos de poder y toma de decisión. - El incremento de la feminización de la pobreza. - La criminalización y encarcelamientos desproporcionados de las juventudes de color (cuyo crecimiento más rápido se da entre mujeres jóvenes y niñas). 


 El genocidio y la violencia racial, étnica y cultural, entre otros. Las mujeres del Norte y del Sur, como también las mujeres del "Sur dentro del Norte", llevan la parte más pesada de estos problemas. 


l racismo no ha sido sustantiva mente integrado en la revisión Beijing + 5, ni en el documento alternativo propuesto; en el trabajo de la ONU no hay suficientes conexiones entre el racismo y la discriminación de género. Por consiguiente, urgimos a que los gobiernos reconozcan al racismo como la mayor barrera que impide a las mujeres negras, de color e indígenas, para lograr la total igualdad.


Urgimos también a los gobiernos a otorgar los recursos apropiados para derrumbar esas barreras y lograr la igualdad de todas las mujeres. Demandamos que todos los gobiernos: * Reconozcan que el racismo es la barrera fundamental para lograr la total igualdad, en particular para las mujeres de color, negras e indígenas.

Para garantizar la implementan de la Plataforma de Acción de Beijing, los gobiernos deberían comprometerse en la Conferencia Mundial contra el Racismo y la Xenofobia, dotando de recursos y garantizando la participación de las mujeres afectadas por el racismo. * Apliquen todos los derechos contenidos en la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial * Garanticen la total participación de las mujeres negras, de color e indígenas en los puestos de poder y toma de decisiones * Ratifiquen la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer y firmen el correspondiente Protocolo Opcional. 

 Adopten el borrador de Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y refuercen las legislaciones nacionales para reconocer los derechos colectivos de los pueblos indígenas * Ratifiquen la Convención de los Derechos de la Niñez * Ratifiquen e implementen La Convención Internacional para la Protección de los Trabajadores Emigrantes y sus Familias * Compilen y publiquen datos desagregados por género, raza, etnia, 

estatus socio económico, edad, orientación sexual, discapacidades, estatus civil, idioma, nacionalidad, y estatus urbano y rural. Las mujeres negras, de color e indígenas del Sur y del Norte hacen un llamado a tomar acciones inmediatas para lograr la igualdad sustantiva de todas las mujeres.