El racismo viola los derechos humanos
(Una significativa representación de mujeres negras y mujeres de color, del Sur y del Norte, que participaron a la Reunión Preparatoria de la Asamblea General "Mujeres 2000: igualdad de género, desarrollo y paz para el Siglo XXI"
la ONU, que se celebró en Nueva York del 28 de febrero al 17 de marzo pasado, expresó su preocupación por la falta de compromiso expresada por los gobiernos en la lucha contra el racismo, como una dimensión necesaria para lograr la igualdad de todas las mujeres.
La Declaración que presentamos a continuación fue encaminada a dicha instancia por el Grupo de Trabajo de Mujeres Negras y Mujeres de Color.) Hacemos un llamado a los gobiernos a reconocer las voces distintas de las mujeres negras y de color, en el ámbito nacional e internacional, como también a tener en cuenta las desigualdades causadas por la intersección entre raza y género, entre otras identidades, que enfrentamos. Las mujeres negras, de color e indígenas, en el Sur y en el Norte, son doblemente oprimidas y enfrentan barreras para acceder a la igualdad, más por su raza, etnicidad u origen indígena que por su género. Los principios de la igualdad entre mujeres y hombres, la igualdad entre las razas, etnias y la no discriminación, son elementos fundamentales de la legislación de los derechos humanos y comprometen a los gobiernos, que hayan o no firmado tratados tales como la Convención por la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra las Mujeres, la Convención por la Eliminación de la Discriminación Racial, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por lo tanto, el racismo es una violación fundamental a los derechos humanos.
El racismo ha perneado y se ha enraizado en todas las estructuras de la sociedad. El racismo es un determinante de la violencia y es una causa de la violencia contra las mujeres.
El racismo es un determinante de la salud física, emocional, mental y espiritual de las mujeres de color, negras e indígenas.
El racismo, la supremacía blanca, y la colonización han sido utilizadas históricamente para oprimir a las personas de color, negra y pueblos indígenas y para generar subdesarrollo en nuestras comunidades y regiones. Estas formas de opresión continúan manifestándose ahora.
El racismo, la supremacía blanca y la colonización están implícitos en la globalizan económica actual. La globalización, bajo el control del FMI, el Banco Mundial, la OMC, los gobiernos y las corporaciones transnacionales, han tomado control de los sistemas políticos y sociales. Particularmente, para las mujeres de color esto se traduce en: - Políticas de ajuste estructural en el Norte y en el Sur. - Re estructuración económica en el Norte. - Racismo ambiental. - La deuda del tercer mundo. - Colonización y militarización continuas en el Sur. -
La utilización del Sur para la ejecución de pruebas nucleares. - La crisis global de la salud. - El incremento de la migración de mujeres y la discriminación contra las inmigrantes. - La invisibilidad del trabajo impago efectuado por las mujeres. - Trabajo en servidumbre. - Trabajo esclavo o domiciliario. - El tráfico nacional e internacional de mujeres. - La experimentación médica sin el consentimiento informado. - La venta de armas, los conflictos armados y la ocupación. - La invisibilidad de las mujeres negras, de color e indígenas en los puestos de poder y toma de decisión. - El incremento de la feminización de la pobreza. - La criminalización y encarcelamientos desproporcionados de las juventudes de color (cuyo crecimiento más rápido se da entre mujeres jóvenes y niñas).
El genocidio y la violencia racial, étnica y cultural, entre otros. Las mujeres del Norte y del Sur, como también las mujeres del "Sur dentro del Norte", llevan la parte más pesada de estos problemas.
l racismo no ha sido sustantiva mente integrado en la revisión Beijing + 5, ni en el documento alternativo propuesto; en el trabajo de la ONU no hay suficientes conexiones entre el racismo y la discriminación de género. Por consiguiente, urgimos a que los gobiernos reconozcan al racismo como la mayor barrera que impide a las mujeres negras, de color e indígenas, para lograr la total igualdad.
Urgimos también a los gobiernos a otorgar los recursos apropiados para derrumbar esas barreras y lograr la igualdad de todas las mujeres. Demandamos que todos los gobiernos: * Reconozcan que el racismo es la barrera fundamental para lograr la total igualdad, en particular para las mujeres de color, negras e indígenas.
Para garantizar la implementan de la Plataforma de Acción de Beijing, los gobiernos deberían comprometerse en la Conferencia Mundial contra el Racismo y la Xenofobia, dotando de recursos y garantizando la participación de las mujeres afectadas por el racismo. * Apliquen todos los derechos contenidos en la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial * Garanticen la total participación de las mujeres negras, de color e indígenas en los puestos de poder y toma de decisiones * Ratifiquen la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer y firmen el correspondiente Protocolo Opcional.
Adopten el borrador de Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y refuercen las legislaciones nacionales para reconocer los derechos colectivos de los pueblos indígenas * Ratifiquen la Convención de los Derechos de la Niñez * Ratifiquen e implementen La Convención Internacional para la Protección de los Trabajadores Emigrantes y sus Familias * Compilen y publiquen datos desagregados por género, raza, etnia,
estatus socio económico, edad, orientación sexual, discapacidades, estatus civil, idioma, nacionalidad, y estatus urbano y rural. Las mujeres negras, de color e indígenas del Sur y del Norte hacen un llamado a tomar acciones inmediatas para lograr la igualdad sustantiva de todas las mujeres.
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